Normalmente, cuando tratamos de tener ideas o imaginamos el futuro, proyectamos versiones distintas de las experiencias de nuestra vida.
Nuestra mente funciona así, es como una biblioteca a la que de forma consciente o inconsciente accedemos.
Esto es algo que seguro que has vivido cuando has imaginado un trabajo o una relación de pareja nueva.
¿Cómo imaginar algo que no has visto nunca?
¿Cómo podemos crear algo realmente nuevo en nuestra vida sin partir de esta biblioteca de experiencias?
La clave está en salir de nuestra mente y para hacer esto el mejor camino es viajar hacía nuestro interior, conectar con lo mejor de nosotros y desde ahí abrirnos al campo que nos rodea.
¿Te ha pasado alguna vez que has tenido una idea que nunca has pensado? Esto es lo que yo llamo una idea nueva.
La creatividad es una mezcla entre lo que hacemos y lo que captamos del campo que nos rodea. Es un proceso mágico en el que lo más importante es alcanzar un estado que nos permita fluir con quién somos y captar esas ideas que llegan no se sabe muy bien de donde.
Nuestra mente suele boicotearnos cuando empezamos a creer en esto de captar ideas. Una buena estrategia para salir de este bloqueo es tener un ritual de conexión con aquello que nos haga sentir cómodos y a la vez nos permita traer de más allá de nosotros pensamientos y comprensiones.
Yo suelo imaginar que conecto con mis guías, mis mentores, mi comunidad espiritual. Les planteo un tema y sencillamente dejo que venga la información. La voy escribiendo (sin juzgar) y anoto todo lo que viene. Cuando termino releo lo que he escrito y me dejo sorprender por la mezcla de ideas, unas son pensamientos que he tenido y otras nunca las he pensado.
Desde que empecé a crear de esta forma, es mucho más fácil para mí fluir con las ideas.
Cuantas más ideas llegan, más y más confío en el proceso.
Y cuando me atasco, sencillamente lo dejo. No es el momento, no estoy en mi centro, no fluye por lo que sea.
Cuando esto me pasa, me ayuda permitirme el bloqueo y viajar hacia mi interior, meditar, relajarme, salir a caminar… Para ir conectando conmigo más y más.
Poco a poco he ido añadiendo más tiempo en mi vida para este juego de conexión con mis guías. Imagino que siempre me acompañan y que pueden hacerme llegar ideas en cualquier momento. Y así sucede que de repente estoy en el día a día y alguna idea se abre paso y se enciende mi mente, la anoto en algún sitio y continúo con lo que estaba haciendo.
Te invito a descubrir la mejor forma de crear desde quién eres, busca una rutina que te haga sentir cómodo y que a la vez te abra a ese algo más que existe.
Te ayudará recordar algún momento en el que has sentido que fluías creando. Trae ese momento a tu mente: ¿Cómo estabas cuando llegó esa idea? ¿Cómo era tu sentir?
Puede ser un momento en el que pensabas en algo grande pero también puede ser un día en el que creabas en lo cotidiano y sentiste que algo realmente profundo se expresaba en tu acción.
Expande ese momento de tu vida y recuerda qué si lo has hecho una vez, puedes hacerlo una y otra más.
Carina Barberá